por JULIA BUYSKYKH – Centro de Antropología Aplicada de Kiev
Hoy por primera vez pude dormir cuatro horas seguidas. Los sonidos de las sirenas, los sonidos de los bombardeos rusos, los sonidos de nuestra Fuerza Aérea. Aprendes a distinguir los matices de los sonidos, lejos o cerca. Ventanas cerradas con pegamento y cubiertas con cartones, frazadas y almohadas. La babushka, la abuela, me contó cómo habían sobrevivido durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis atacaron Kiev. ¿Serán útiles las estrategias de supervivencia de nuestra bisabuela y nuestra abuela? Tenemos un suministro de papel higiénico y velas que la babushka trajo el otoño pasado, por si llegaba un día oscuro. Y aquí nos tienes. Mi mamá y yo pensamos en ella. Gracias que Dios se la llevó en diciembre y no tuvo que volver a vivir una guerra. ¿Qué diría mi bisabuelo, que luchó junto a los rusos cerca de Stalingrado, ahora que los tanques están en la ciudad donde viven su nieta y su bisnieta? Qué bendición que murió a fines de la década de 1990 y no vio esta vergüenza.
Por la noche no encendemos las luces. Nos sentamos con una vela. Solo una ventana, al otro lado de la calle, tiene luz. Todo el edificio es negro. El gato tiene miedo a los ruidos fuertes y llora de pena cuando hay sirenas o explosiones. El gato se entierra en su propia axila y tiembla. ¿Por qué el ejército ruso vino a luchar contra mujeres y gatos?
No puedo entender nada. ¿Por qué le obedecen? ¿Por qué siguen las órdenes de alguien que se sienta en un búnker lejano y que no se preocupa por ellos? ¿Por qué vienen acá, a un país extranjero, y nos matan? ¿Están realmente tan entusiasmados con la propaganda? Pienso todo el tiempo en lo bueno de que papi ya no esté con nosotros. Como ruso étnico, esto sería una doble tragedia.
Por favor, Dios, ayúdanos a sobrevivir a esto. Que Dios nos conceda a todos la voluntad de sobrevivir a esta guerra. Defiende Ucrania, nuestro hogar. Y que Dios nos conceda no ser destruidos por el odio. Dios quiera que la luz sea más fuerte que la oscuridad, en todos los sentidos.
Fuente: SCA/ Traducción: Maggie Tarlo