por DARIUS VON GUTTNER SPORZYNSKI – Universidad Católica Australiana
Todos conocemos al hombre alegre, de pelo blanco y barbudo, con sobrepeso, que se cuela por las chimeneas en Nochebuena entregando regalos a los niños. ¿Pero de dónde vino esto?
Con raíces en el cristianismo, los orígenes del desprendido más querido del mundo trascienden el tiempo, la cultura y la religión.
San Nicolás
Todo comienza con San Nicolás, un hombre que vivió en el siglo IV. Ninguna fuente histórica creíble puede probar los hechos de su vida, pero, según la tradición, San Nicolás de Myra, más tarde conocido como San Nicolás de Bari, vivió durante el reinado del emperador Constantino el Grande.
Según la tradición, nació en Patara, una ciudad de la antigua Licia en Asia Menor, parte de lo que hoy es Turquía. Nicolás, que más tarde se convertiría en obispo de Myra, era conocido por su profunda fe cristiana y su extraordinaria compasión.
Aunque los registros históricos no proporcionan relatos detallados de su vida, la tradición nos dice que viajó a Palestina y Egipto en su juventud, cultivando aún más su profunda convicción espiritual.
Nicolás quedó huérfano cuando era joven y recibió una herencia sustancial. Eligió utilizar esta riqueza para ayudar a los necesitados. Su acto de generosidad más famoso fue proporcionar dotes a tres hermanas empobrecidas.
Sus actos de generosidad hicieron que, cuando fue reconocido como santo, fuera aclamado patrón y protector de los niños.
Día de San Nicolás
En toda Europa, el legado de la caridad y la bondad de San Nicolás generó una variedad de tradiciones, y el 6 de diciembre se convirtió en su fiesta.
En Francia, especialmente en regiones como Alsacia y Lorena, los niños dejaban sus zapatos para San Nicolás con la esperanza de encontrarlos llenos de chocolates y regalos a la mañana siguiente.
Esta tradición se acompañaba de desfiles en los que un burro recorría las calles del pueblo cargado de cestas con galletas y dulces para los niños.
En Europa Central, particularmente en las regiones alpinas, la tradición del Día de San Nicolás se fusionó gradualmente con costumbres locales únicas cuando la población no cristiana adoptó el cristianismo como religión.
Aquí, San Nicolás no sólo recompensaba con regalos a los niños que se portaban bien, sino que también estaba acompañado por Krampus, una figura temible que “castigaba” a aquellos que se habían portado mal.
Esta tradición subrayó los temas contrastantes de recompensa y retribución, parte integral del folclore local.
En algunas regiones de Polonia, las tradiciones anteriores se centraban en una figura llamada Gwiazdor. Este “Hombre Estrella” vestido con piel de oveja y un gorro de piel, con el rostro escondido bajo una máscara o manchado de hollín, llevaba una bolsa de regalos y una vara para los niños traviesos.
La transformación en Papá Noel
La metamorfosis de San Nicolás en Papá Noel fue un proceso gradual influenciado por cambios culturales y religiosos.
En Alemania y los Países Bajos, a lo largo del siglo XVII, empezó a arraigarse la práctica de hacer regalos en nombre de San Nicolás. Los holandeses lo llamaron “Sinterklaas”, término que eventualmente evolucionaría hasta convertirse en el coloquial inglés “Santa Claus”. Esta transformación se produjo por primera vez en Alemania y luego se extendió a otros países europeos.
La tradición de San Nicolás llegó a América del Norte en el siglo XVII.
En el siglo XIX, surgieron varias versiones de San Nicolás en las comunidades de habla inglesa de todo el mundo.
Una de las primeras menciones literarias de esta figura en el contexto estadounidense fue en el libro de Washington Irving de 1809, Knickerbocker’s History of New York, que retrataba a Nicolás volando en una carreta, entregando regalos a los niños.
El traje rojo de Papá Noel y todas las prendas relacionadas, tan familiares para nosotros hoy en día, parecen ser una invención del marketing moderno en el mundo de habla inglesa.
En toda Europa, el atuendo de San Nicolás se basa más en la imagen tradicional del santo, con ropa que se parece más al atuendo religioso de un obispo, completo con una mitra, el tocado alto.
El legado de San Nicolás y Papá Noel
A lo largo de siglos de transformación, los valores fundamentales de San Nicolás (generosidad, compasión y alegría de dar) han permanecido intactos en la figura de Papá Noel. Ha pasado de ser un santo cristiano venerado a un querido ícono secular.
Esta evolución refleja la interacción dinámica de la tradición religiosa y el folclore popular. El Papá Noel de habla inglesa, con su taller en el Polo Norte, sus renos voladores y sus elfos, puede parecer muy lejano al obispo histórico de Myra. Sin embargo, continúa encarnando el espíritu de generosidad que caracterizó a San Nicolás.
Hoy, gracias al marketing y la comercialización global, Papá Noel trasciende las fronteras religiosas y culturales.
La historia de su origen, arraigada en la vida de San Nicolás, enriquece nuestra comprensión de la Navidad y nos conecta con una tradición que se extiende por siglos y continentes.
Nos recuerda que en el centro de estas festividades se encuentra un mensaje eterno: la importancia de la bondad y el espíritu de generosidad.
Fuente: The Conversation/ Traducción: Walter A. Thompson