Una canción puede conectar mundos

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por KRISTINA JACOBSEN – Universidad de Nuevo México  

En octubre de 2022, viajé con el trío de jazz y funk DDAT, liderado por Diné, de Nuevo México a Sudáfrica, para actuar en el Festival World of Music, Arts, and Dance (WOMAD). Una noche antes del festival, nos invitaron a la casa del ingeniero de sonido John Lindemann, ganador de un premio Grammy, en Johannesburgo, para una sesión de escucha. Nos reunimos en el modesto estudio de grabación de su casa, creado para volar bajo el radar de las autoridades del apartheid, donde Lindemann grabó grupos vocales icónicos de Sudáfrica como Mahotella Queens y Ladysmith Black Mambazo antes del fin del sistema de segregación racial institucionalizado en 1994.

Mientras comíamos perritos calientes y pan blanco típico de un braai (barbacoa) sudafricano, la magia entró en el estudio histórico. La melodía melódica simple que todos habíamos escuchado antes, “Grandma’s Song” (Canción de la abuela), se había transformado.

La versión anterior de la canción, escrita e interpretada por uno de los colaboradores de DDAT, Alex Rose Holiday, había sido escueta: solo voz y batería. La canción presentaba letras en idioma Diné (Navajo) que hablaban de las conexiones intergeneracionales entre las mujeres de la familia de Alex, comenzando con su abuela materna (másání,en Diné).

Pero, en la grabación de esa noche, escuchamos percusión manual africana y maracas, seguidas por la entrada vibrante del arco musical brasileño, el berimbau (todas tocadas por el productor y director del festival WOMAD, Dan Chiorboli). La canción, completada con guitarra (interpretada por Lindemann), batería (interpretada por Nicholas Lucero de DDAT), bajo (interpretado por Michael McCluhan de DDAT) y trompeta (interpretada por Delbert Anderson de DDAT), pulsaba suavemente con una intensidad nueva y tranquila.

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Luego, aproximadamente a la mitad de la canción, escuchamos una segunda voz que se unía a la de Alex en la mezcla. La segunda cantante hizo un riff sobre la dulce y clara voz de Alex. Y cantó en un idioma que ninguno de nosotros en Nuevo México podía identificar o entender.

A una canción con la voz de una mujer indígena se le había unido la voz de otra mujer de otra tribu, al otro lado del océano. ¿Qué tipo de intercambio intercultural e intersónico estaba teniendo lugar y quién era esta segunda voz?

“Grandma’s Song” había, de hecho, comenzado muchos años antes.

La canción, como muchas de las canciones que Alex compone e interpreta como cantautora, fue escrita camino a un concierto. Se le ocurrió en un largo viaje en auto por su casa en la Nación Navajo. Luego entró en la sede de la banda DDAT en Farmington, Nuevo México, y la cantó para el trío. Decidieron incluirla en su siguiente álbum.

Antes del festival, DDAT había enviado algunas grabaciones de demostración a Chiorboli y Lindemann. La idea era que Chiorboli y Lindemann también incluyeran una versión de “Grandma’s Song” en un nuevo álbum intercultural con voces y sonidos de mujeres artistas de todo el mundo, incluida Sudáfrica. El próximo álbum recopilatorio del colectivo musical Solidarity Express, titulado “Strike a Rock”, abordaría la violencia de género y honraría la resistencia de las mujeres al apartheid en Sudáfrica.

Este tipo de intercambio intercultural está integrado en la visión más amplia del Festival WOMAD, fundado por el músico británico Peter Gabriel en 1980 para celebrar a artistas internacionales. Como etnomusicóloga, antropóloga y cantautora no nativa, me invitaron a desempeñar varios roles en el festival, entre ellos facilitar conversaciones, grabar, interpretar y enseñar talleres. Cuando pude, también seguí a DDAT en su propia gira, aprendiendo sobre los intercambios culturales que están activando con otros artistas indígenas de todo el mundo.

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La otra voz que había sido invitada a cantar en la grabación de “Grandma’s Song” era Nelisiwe “Neli” Mtsweni (también conocida como el pájaro cantor). La cantante y compositora ndebele de 33 años vive en el municipio de Duduza, en Sudáfrica, creado en la época del apartheid.

Para Neli y Alex, “Grandma’s Song” es un esfuerzo por recuperar partes de herencias e identidades que fueron oprimidas. En sus canciones, en su mayoría reggae y afro-pop, Neli usa el zulú, el inglés y su lengua materna, el ndebele del sur (isiNdebele), uno de los once idiomas oficialmente reconocidos en Sudáfrica. El régimen del apartheid utilizó una estrategia racial de “divide y vencerás” no solo al segregar a los residentes blancos y negros en la vida cotidiana, como en la reubicación forzosa de los residentes negros en municipios como Duduza, sino también a través de la supresión activa del lenguaje. Bajo el apartheid, isiNdebele fue suprimido hasta el punto de que hoy en día, en los espacios públicos, muchas personas hablan solo zulú, un idioma relacionado.

De manera similar, el idioma navajo fue reprimido violentamente a través de la educación solo en inglés, incluidos los internados nativos y las escuelas diurnas. Hoy en día, el inglés es el idioma hablado dominante entre los ciudadanos de Diné de cuarenta años o menos. Hablantes más jóvenes como Alex, que tiene 24 años, son raros. Como sé a través de mi investigación a largo plazo con las comunidades Diné, el trauma intergeneracional afecta la capacidad de las personas para hablar navajo hoy: incluso si lo entienden perfectamente, pueden o no sentirse cómodos hablando navajo en un espacio público, como en un pueblo fronterizo de la Nación Navajo

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El poder de la nueva grabación de “Grandma’s Song” proviene de escuchar a las cantantes interpretar con alegría estos lenguajes distantes y no relacionados que durante mucho tiempo fueron reprimidos agresivamente.

El lenguaje, como muchos lingüistas y activistas lo demostraron, juega un papel fundamental no solo en la creación y mantenimiento del patrimonio cultural, sino también en la creación de un sentido integrado del yo y del lugar. Recuperar el lenguaje, palabra por palabra y canción por canción, significa recuperar partes fundamentales y esenciales de nosotros mismos, en comunidad y en relación con los demás.

Unas noches después de que escucháramos la canción en el estudio, Alex Rose y Neli se juntaron en el escenario del festival. Mientras cantaban con la pista de acompañamiento de Lindemann, alternando versos y uniendo voces al final, la multitud estaba extasiada. Los miembros de la audiencia y DDAT compartieron conmigo que podían sentir algo nuevo, colaborativo e intercultural, en proceso.

Cantar la canción públicamente en navajo e isiNdebele, especialmente cuando las mujeres jóvenes cantan sobre sus madres y abuelas y denuncian la violencia de género, no solo fue un acto de valentía, sino también un acto de desafío y recuperación cultural. “Camino detrás de mi abuela, siguiendo sus pasos”, sonó la voz de Alex. La voz de Neli reafirmó: “Somos lo que somos gracias a ustedes”.

Fuente: Sapiens/ Traducción: Alina Klingsmen

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Observatorio de ciencias antropológicas.

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