La metafísica de la quiropráctica

-

por LIVIA GERSHON

Si consideraste acudir a un quiropráctico por un problema de espalda, es posible que no hayas pensado mucho en cómo el tratamiento podría afectar tu vida espiritual. Pero, como escribe la académica en estudios religiosos Candy Gunther Brown, la quiropráctica comenzó como un enfoque distinto de la condición humana que se oponía explícitamente a la teología cristiana dominante.

Brown escribe que, antes de convertirse en el fundador de la quiropráctica, Daniel David Palmer era un espiritista y practicante del magnetismo animal. Palmer suscribió ideas espirituales eclécticas basadas en la unidad de Dios y la naturaleza y la idea de que los humanos pueden restaurarse a un estado de armonía sin depender de la intervención divina.

Palmer afirmó haber recibido comunicación de un médico fallecido que le enseñó los principios de la quiropráctica, un término que inventó en 1896, combinando las palabras griegas cheir y praktos para significar “hecho a mano”.

Palmer consideró introducir la quiropráctica como una religión por derecho propio, pero finalmente decidió describirla como una fusión de la ciencia cristiana y la medicina moderna. Escribió que se basaba en ajustar el cuerpo para permitir el libre flujo de la “Inteligencia Innata”, o simplemente “Innata”, que explicó como “un segmento de esa Inteligencia que llena el universo” (es decir, Dios) que se encuentra en cada individuo.

“Palmer insistió en que la quiropráctica no se podía practicar eficazmente sin una filosofía que, en su opinión, capturaba la esencia de los sistemas religiosos y médicos del mundo”, escribe Brown.

El hijo de Palmer, Bartlett Joshua Palmer, continuó el trabajo de su padre, dirigiendo la Escuela Palmer de Quiropráctica en Iowa, que capacitó a alrededor del 75 por ciento de todos los quiroprácticos durante cincuenta años. El joven Palmer fue más directo que el mayor en su oposición al cristianismo y escribió que “ningún quiropráctico oraría de rodillas suplicando a algún poder invisible”.

No obstante, escribe Brown, muchos pacientes aparentemente encontraron que acudir a un quiropráctico era compatible con su fe cristiana. A menudo, los quiroprácticos atendían a personas rurales de clase trabajadora, que con frecuencia desconfiaban de la medicina alopática.

En 1963, la Asociación Médica Estadounidense formó un Comité de Charlatanería con la misión de “contener y eliminar la quiropráctica”. Sin embargo, la quiropráctica siguió atrayendo a algunos pacientes, incluidos, en la década de 1970, muchos que se sentían frustrados por el gasto, la inaccesibilidad y el tratamiento impersonal que asociaban con los médicos. La profesión también obtuvo el apoyo de autoridades como la Oficina de Educación de Estados Unidos, que estableció una agencia de acreditación para facultades de quiropráctica, y de los cincuenta gobiernos estatales, que crearon leyes de concesión de licencias de quiropráctica.

En las últimas décadas del siglo XX, los quiroprácticos y sus organizaciones generalmente abandonaron las descripciones más esotéricas de sus prácticas y se centraron en el lado físico de sus intervenciones. Algunos eliminaron el término cargado “innato” a favor de argumentar que su práctica respaldaba el poder “inherente” del cuerpo para sanar.

Con su apariencia mediática cada vez más oficial, escribe Brown, los quiroprácticos se ganaron la confianza de muchos cristianos que se sentían desanimados por otros tratamientos new age como la acupuntura y el yoga. Y, de hecho, hoy en día la mayoría de los quiroprácticos se identifican a sí mismos como cristianos, aunque muchos también continúan suscribiéndose a los marcos metafísicos básicos creados por los Palmer.

Fuente: Jstor/ Traducción: Maggie Tarlo

Antropologías
Antropologíashttp://antropologias.com
Observatorio de ciencias antropológicas.

Comparte este texto

Últimos textos

Áreas temáticas